EDICIÓN NÚMERO 308 ABRIL 2024

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La seguridad en la cadena logística es una de las máximas preocupaciones y dolores de cabeza de la comunidad de comex hoy en día. Especialmente sensible es Latinoamérica, donde estamos inundados de ilícitos que se expresan en tráfico de drogas, violación de propiedad intelectual, asaltos y robos. Chile no es la excepción y ya se habla en Europa que nuestro país es una de las principales vías por la que llegan drogas al viejo continente.

Uno de los programas más ambiciosos para controlar y disminuir los actos criminales en la cadena de suministros de la logística internacional es el de Operador Económico Autorizado (OEA), en el que nuestro país se incorporó algo tarde y tiene un rezago incluso con varios otros países de la región. Sin embargo, en el último tiempo la Aduana chilena ha emprendido con renovados bríos el proyecto OEA y los estándares que se están implementando hoy distan mucho de los iniciales, en donde las exigencias eran bastante más laxas. Actualmente obtener y sobre todo mantener la certificación de esta acreditación –que tiene alcances internacionales– es sin duda bastante más compleja que lo que era en sus comienzos.

La explicación de estos altos estándares, a nuestro juicio, se explica por dos razones fundamentales: primero, la coyuntura es cada día más delicada y los riesgos en cada evento de las operaciones de compraventa internacional han subido en forma exponencial, lo que ha obligado a Aduanas a replantear el funcionamiento del Operador Económico Autorizado. El segundo motivo, estimamos, fue el cambio en la estructura de funcionamiento de este Programa en Aduanas, lo que ocurrió como consecuencia del cambio de dependencia de esta Unidad, al transferirse a la Subdirección Técnica de este Servicio a mediados del 2023. Este nuevo enfoque –que probablemente nace desde el máximo nivel de Aduanas– ha significado que los nuevos integrantes del equipo OEA hayan reformulado una serie de aspectos normativos y de cumplimiento, lo que está exigiendo a los usuarios tener que replantear sus procesos y regulaciones internas para poder estar a la altura de los nuevos estándares. 

Es claro que lo que intenta Aduanas es sintonizar con la realidad que vive la comunidad internacional en relación con los riesgos que conlleva el flujo de mercancías en el comercio transfronterizo. De hecho, la certificación OEA implica una responsabilidad para el Servicio de Aduanas, ya que en la medida que el sistema sea sólido y confiable aumenta la factibilidad y fluidez para concretar los acuerdos de reconocimiento mutuo con otros países.

Con todo, igualmente hay que señalar que los recursos que dispone la Unidad OEA en Aduanas son insuficientes para poder enfrentar los desafíos y tareas que comprende esta delicada misión, que no es otra que establecer cadenas seguras de flujo de comercio. Para lo anterior, si bien es muy valorable el nuevo impulso que le está dando el organismo fiscalizador, sería deseable reforzar los recursos asignados y de esta manera posibilitar que el programa OEA se siga extendiendo a otros actores de la cadena logística.