EDICIÓN NÚMERO 309 MAYO 2024

Como consecuencia de cambios en la plataforma tecnológica, la empresa Hapag Lloyd viene arrastrando desde hace varios meses, demoras en sus procesos administrativos, lo que ha provocado que la facturación de sus servicios pueda tardar hasta 4 meses desde que se ha enterado el pago. Esta situación ha generado una serie de contingencias y perjuicios que ha repercutido en la fluidez de las operaciones. Para agravar aún más el problema, hace algunas semanas Hapag Lloyd ha impuesto cambios que se relacionan con la exigencia de que se acredite documentalmente el pago de los servicios 24 horas antes de solicitar la ejecución del mismo.

Como era de esperar, los gremios afectados –como es el caso de la Cámara Aduanera y la Federación de Dueños de Camiones– han manifestado su disconformidad con estas nuevas prácticas, que han significado que operar a través de esta compañía le traen al importador desventajas respecto de otras empresas del rubro naviero, ya que entorpecen y demoran innecesariamente las operaciones.

Lo paradojal de esta situación es que estamos frente a una empresa de larguísima trayectoria y alto prestigio, que ha tenido presencia en Chile por décadas y siempre se destacó por entregar un servicio eficiente y oportuno. Es cierto que Hapag Lloyd ha estado inmersa en cambios en su administración, por lo que es natural y esperable que se produzcan dificultades; sin embargo es incomprensible que además de provocar por varios meses demoras por sus problemas de facturación, la empresa imponga nuevas exigencias en el pago de sus servicios.