Si es que no hay más contratiempos, se espera que el próximo mes de julio comenzarán a operar las nuevas esclusas del Canal de Panamá, que ampliarán enormemente las capacidades de este vital punto de encuentro entre los océanos Atlántico y Pacífico.

La inversión, con todas las contingencias y aumentos de costos que significó llevar adelante esta monumental obra, ascendió a US$ 5.400 millones, un 5% más que los cálculos iniciales, ello sin perjuicio de los reclamos del contratista por compensaciones a que según él tiene derecho por cambios en las condiciones no estipuladas en el proyecto.

Según el cronograma actualizado, por estos días se dará inicio a la última etapa de pruebas y se espera que se hayan subsanado las filtraciones detectadas en agosto del año pasado en algunas de las esclusas que se orientan al océano Pacífico.

La fecha exacta de entrada en operación aún no se conoce, pues va a depender de los últimos ajustes que se encuentran terminando, pero todo indica que en junio culminarán los trabajos y las nuevas instalaciones comenzarán a funcionar.

Es importante hacer presente que los ingresos del Canal constituyen uno de los pilares de la economía panameña, solo comparables –en proporción– con lo que representa el cobre para Chile.