EDICIÓN NÚMERO 309 MAYO 2024

El primero de este mes de julio comenzó a regir la obligatoriedad de pesar todas las cargas que van a ser exportadas en contenedores. Tal como lo informamos previamente, esta nueva exigencia –que dice relación con la Normativa SOLAS, “Verified Gross Mass (VGM), que significa “Masa Bruta Verificada”– obliga a que todos los contenedores que van a ser exportados certifiquen el peso y lo informen a la naviera.

En caso de no cumplirse con este requerimiento, el contenedor no será embarcado.

El objetivo del VGM es mejorar la seguridad de los tripulantes que viajan a bordo de los barcos, ya que existen antecedentes de que en el pasado diferencias sustanciales de peso provocaron graves accidentes.

Es evidente que esta situación, que se veía como un problema mayor al comienzo, con el correr del tiempo se ha ido decantando y hoy en día sí existe la factibilidad de realizar el pesaje en puerto. Así lo han informado los concesionarios TPS de Valparaíso, STI de San Antonio, Puerto Coronel y San Vicente, ambos de la VIII región y Puerto Angamos de Antofagasta. Esto tendrá especial importancia para los exportadores que embarcan volúmenes intermedios, pues la inversión en una romana certificada no es económicamente viable. Los costos publicados por la certificación del pesaje varían entre US$ 30 y US$ 50 por contenedor, sin importar si se trata de contenedores de 20 o 40 pies. Lo que sí queda descartado es que los contenedores de dimensiones superiores a las estándar puedan romanearse en los puertos; en estos casos necesariamente tendrán que ser pesados fuera de la zona primaria.

Los terminales mencionados han publicado completas indicaciones de cómo operar y las distintas alternativas que existen. Varias de las opciones contemplan la transferencia de información por medios electrónicos o bien accediendo a la página web de las concesionarias. Es destacable hacer presente la capacidad de adaptación que han demostrado las empresas mencionadas para ofrecer alternativas a los exportadores.

Este tema ha tenido amplia difusión en los sitios web de la navieras que operan en Chile, en donde se puede encontrar una completa información acerca de este nuevo requerimiento.

Los grandes exportadores que ya cuentan en sus instalaciones con el equipamiento necesario, podrán transferir la información por medios electrónicos directamente desde sus romanas en sus centros de despacho de carga. En cambio para los exportadores medianos esta labor o será contratada con una empresa externa o bien optarán por el pesaje en puerto. En este último caso, se teme que se puedan producir congestiones que pudieran alterar el normal curso del proceso de embarque, ya que no se conoce la real demanda que tendrán estos equipos.

En el caso de que el exportador utilice la opción de pesar en puerto, es un hecho que la labor adicional que conlleva esta nueva exigencia recaerá mayoritariamente en las agencias de aduanas, quienes tendrán que pagar a veces en forma anticipada los costos del romaneo. Es de esperar que esto no se transforme en una burocracia que amenace la viabilidad del embarque.