EDICIÓN NÚMERO 309 MAYO 2024

Funcionarios aduaneros detectaron el contrabando de cuatro camiones que iban a bordo de rampas y cuya documentación señalaba como “partes y piezas usadas”. La fiscalización fue efectuada durante el trayecto de Iquique a Santiago, específicamente en la avanzada de Quillagua. El procedimiento para detectar el ilícito se originó al comparar los documentos con la verificación física de los vehículos, donde se concluyó que la carga correspondía a camiones desarmados y no a partes y piezas. De hecho se constató que arriba del camión se encontraba el chassis, el motor e incluso la cabina.

Luego de revisar la documentación, se determinó que las mercaderías fueron tramitadas en forma separada, con algunas partes en una DIN y otras piezas en otra.

Las penas que se arriesgan en este tipo de contrabando consideran hasta la de privación de libertad. Además se vulnera el Estatuto Automotriz que prohíbe expresamente la importación de vehículos usados.

Recordemos que la importación de camiones desarmados fue una práctica habitual en los noventa, y el país se llenó de camiones que se denominaban “hechizos”, los que mediante diversas triquiñuelas conseguían “blanquear” la importación. En muchos casos se operaba importando a nombre de un consignatario una parte de los camiones y la otra parte a nombre de otro importador. Luego de desaduanados, las partes y piezas de estos camiones eran rearmadas y mediante cuestionables manejos y fisuras legales se lograba inscribir estos camiones y podían circular libremente.

Miles de camiones fueron importados de esta forma y el parque se llenó de vehículos muy trajinados y con serios riesgos de seguridad. No fueron pocos los accidentes y varias las víctimas que dejaron estos camiones reacondicionados, normalmente dados de baja en países desarrollados y que rodaron por las carreteras nacionales durante 10, 15 y hasta 20 años.