A mediados de octubre pasado, los gobiernos de Chile y Argentina anunciaron la entrada en vigencia, a partir del 1 de enero de 2017, de un acuerdo que pone fin a la doble tributación entre ambos países, lo que permitiría aumentar la rentabilidad de las empresas que operan en ambos países.

Para las autoridades de ambas naciones, eliminar las barreras causadas por la duplicidad de impuestos entre Chile y Argentina es una muy buena noticia, ya que sin dudas se traducirá en un mayor flujo de inversiones, comercio, servicios y tecnología porque brinda a las empresas la certidumbre tributaria que necesitan, en un marco de certeza jurídica y respeto a los principios de competencia de los mercados, equilibrio de las finanzas públicas y protección de los derechos de los contribuyentes.

Básicamente, el concepto es que quien hace negocios en el otro país va a poder descontar los impuestos que paga en el propio. Esto es muy importante para hacer más rentable las inversiones de empresarios de ambos países.

Se espera, además, que sea más eficiente y efectiva la integración de nuestras empresas y de los registros tributarios. Aprovechando las complementariedades se espera conseguir más empleos y de mayor calidad a ambos lados de la cordillera.

El convenio se elaboró en base al modelo elaborado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), reduciendo de esta forma las barreras fiscales al flujo de capitales y servicios entre ambos Estados. También figura entre sus objetivos impulsar las exportaciones de servicios y facilitar la transferencia de tecnología.