EDICIÓN NÚMERO 309 MAYO 2024

Asumió Daniel Fernández como nuevo Presidente de la Cámara Marítima y Portuaria de Chile, CAMPORT, entidad gremial que representa al sector privado relacionado con el rubro marítimo y portuario. El nuevo timonel reemplaza a Jorge Marshall, quien terminó su periodo.

Dentro de los desafíos que asumirá el nuevo mandamás de los navieros y portuarios se encuentra el impulsar el Consejo Nacional Logístico y Portuario, organismo técnico conformado por personeros públicos y profesionales privados, cuyo principal objetivo será el de emitir opiniones técnicas para la optimización de la actividad y proponer mejoras en la regulación del sector marítimo-portuario. Se señala asimismo que, independientemente del aspecto de infraestructura, es indispensable abordar el tema de la gestión, que se encuentra bastante rezagada siendo urgente modernizar los procesos logísticos.

Si uno revisa la secuencia de las distintas etapas en las operaciones de importación y exportación, se encontrará con que los principales cuellos de botella se encuentran en la gestión documental en que participan las navieras. Baste decir que hasta hace poco, los manifiestos de carga todavía se tramitaban a través de papel y aún no termina de implementarse el manifiesto electrónico a nivel nacional.

Otra etapa en que intervienen los navieros y que genera una burocracia que en la práctica se hace muy pesada para los usuarios, es el canje del Conocimiento de Embarque, situación que por lejos es el mayor tropiezo que debe salvarse y que perjudica ostensiblemente los tiempos y costos de la cadena logística. Es efectivo que el mayor responsable de que se haya instaurado el año 2005 el canje del B/L es Aduanas, sin embargo ello fue consecuencia de la presión y el lobby que hicieron los gremios navieros al Director de Aduanas de la época. Lo que no se previó ni se ponderó debidamente, fue la inmensa y pesada carga que esto iba a generar, en donde esta gestión presencial ante el naviero o embarcador en cada importación –incluido toma de número para la atención y en horarios acotados– solo ha traído retrocesos en la gestión de la logística de comercio exterior. Diariamente, centenares de tramitadores de las agencias aduaneras deben concurrir a realizar estos papeleos ante las navieras y embarcadores, gestión que puede demorar varias horas. Incluso en algunos casos esta diligencia no puede efectuarse debido a que el embarcador o naviero todavía no ha recibido la documentación de origen, lo que obliga al funcionario regresar en días posteriores y volver a ponerse a la cola, tomar número, etc.

¿En qué consiste la cuestionada tramitación que debe efectuarse en cada importación marítima ante el embarcador o naviera? Simplemente el funcionario de la agencia debe entregar el original del conocimiento de embarque y el embarcador o naviera le entrega a cambio una fotocopia firmada y timbrada, en la que se consigna el B/L madre. A estas alturas de la modernidad y en pleno siglo XXI es impresentable que no pueda implementarse alguna mejora que privilegie la gestión electrónica por sobre el papeleo manual. Hasta ahora y por más que se ha planteado lo arcaico, perjudicial y obsoleto del sistema, no se ha recogido las peticiones formuladas en las distintas instancias, ya sea en la Agenda Normativa o en las diversas comisiones o sesiones en donde se discuten mejoras a los procesos operativos, donde sistemáticamente se omite tratar y desmenuzar la verdadera pesadilla que significa superar el obstáculo del canje del B/L. Si es que existe una mínima preocupación por mejorar el letargo que arrastra el sector logístico por más de una década, este tema –pese a la resistencia que pueda generar en sectores de interés– no debiera ser ignorado por más tiempo. Chile hace un buen rato que dejó de ser un modelo de gestión logística a nivel internacional y nos hemos acostumbrado a asumir que vamos para atrás en los procesos operativos. En algún momento debería producirse un punto de inflexión y enfrentar de una vez estos entorpecimientos que le restan competitividad al país.