EDICIÓN NÚMERO 309 MAYO 2024

El holding naviero Maersk Container Industry (MCI's) anunció, a mediados de junio pasado, el cierre de su planta de contenedores refrigerados en San Antonio, lo que implicó el despido de unos 1.200 trabajadores calificados.

En una declaración pública, la naviera señaló que la decisión es irreversible y responde a la sobreproducción de contenedores en el mundo, junto a la dificultad permanente para obtener, a nivel regional, los proveedores de insumos esenciales para la fabricación de contenedores.

La medida fue anunciada el 14 de junio a sus trabajadores, a las autoridades y a sus clientes. La Compañía informó que todos sus colaboradores recibirán un paquete de indemnización con una compensación adicional a lo que exige la ley.

Finalmente, la Compañía sostuvo que el cierre de la planta productiva en San Antonio no afecta ninguna de las demás actividades de Maersk en Chile.

Cabe recordar que a fines de 2011, MCI’s anunció la construcción de la fábrica en San Antonio con una inversión de unos US$ 250 millones, que comenzó a producir contenedores para firmas navieras internacionales en 2015. Al analizar en detalle cada uno de los factores que llevaron a esta drástica decisión, la firma mencionó la instalación de otras tres fábricas en China, llegando a siete en seis años, lo que elevó la producción de contenedores a nivel global. Luego, el 90% de los insumos para esta industria deben importarse, lo que impedía a la Empresa ser competitiva. Se suma a esto el largo tiempo de transporte de materia prima importada –hasta cuatro meses– lo que no permitía a MCI's ser ágil y cumplir con las expectativas de respuesta de los clientes.

Desde todo punto de vista, una pérdida para San Antonio y el país. No existen muchos proyectos como este, sobre todo en una zona donde abunda la cesantía y la falta de oportunidades.

En los medios ha circulado profusamente otra causa, que dice relación con el permanente hostigamiento que efectuaron los sindicatos, a través de movilizaciones y paros –incluida la quema de un vehículo de un ejecutivo de la Empresa– y el ausentismo laboral que campeaba; esta situación se habría sumado a las razones entregadas por la Empresa para decidir su cierre.