EDICIÓN NÚMERO 309 MAYO 2024

Con la noticia de hace algunos días respecto de la admisibilidad del Estudio de Impacto Ambiental (EIA) por parte de las autoridades competentes, se ha dado un paso importante en el propósito de continuar ampliando el Puerto de San Antonio.

El plan de la Empresa Portuaria de San Antonio (EPSA) es aumentar la capacidad portuaria hasta conseguir transferir una cantidad superior a los 6 millones de TEUs (unidad de container de 20’). Para el proyectado “Puerto Exterior del Puerto de San Antonio” se consideran capacidades que son impensadas hoy en día para cualquier puerto nacional, como es la posibilidad de que puedan atender barcos portacontenedores de 400 metros de eslora. El presupuesto de este proyecto considera una inversión de US$ 3.500 millones, en que la Empresa Portuaria de San Antonio se haría cargo de un 30% del financiamiento y el 70% restante se concretaría a través de inversión privada.

La construcción de este megaproyecto tardaría al menos 10 años y se crearían nuevas fuentes de trabajo, que en promedio superarían las 1.000 personas.

El gerente de EPSA también consignó que este proyecto favorecería la llegada de cruceros, lo que traería consigo diversos beneficios en el desarrollo de una variedad de servicios y actividades.

En todo caso existen algunos detractores en este nuevo plan de ampliación, el que mayoritariamente está constituido por organizaciones que argumentan que afectaría negativamente debido a sus impactos socioeconómicos y medioambientales. Los pescadores artesanales son algunos de los que han levantado la voz, ya que la construcción de las obras portuarias afectaría las caletas Pacheco Altamirano, Puertecito y Boca del Maipo; además del perjuicio que significaría la disminución del hábitat en las Lagunas de Llolleo.

Indudablemente las consideraciones anteriores deben ser adecuadamente abordadas por los desarrolladores del proyecto, ello con miras a hacer realidad la tan anhelada expansión de la infraestructura de los puertos de la zona central del país, cuestión básica si queremos pensar en adelantarnos a los requerimientos de ampliación de la capacidad de transferencia de carga de las próximas décadas.