En la medida en que muchos países entran en nuevas rondas de cuarentena y, en consecuencia, de cierres productivos, la demanda por contenedores sigue aumentando.

En el caso de Estados Unidos, treinta y siete estados estarían cerrando sus negocios no esenciales para tratar de aplanar la curva de contagios de COVID-19; mientras tanto, tiendas esenciales como cadenas de supermercados y minoristas como Walmart, Amazon, Target y Costco, han aumentado sus ventas por compras impulsadas por el temor.

Según se observa, es muy posible que las importaciones vía marítima se mantengan fuertes a medida que los consumidores continúen pidiendo productos que apoyen un esquema de vida “en casa y de trabajo a distancia”. Sin embargo, lamentablemente, los contenedores están dispersos por todo el mundo, lo que crea escasez en las zonas donde más se necesitan.

Las cifras de noviembre pueden ser inferiores a las de octubre, no porque no haya demanda, sino porque no hay equipos. La escasez ha creado problemas en América del Norte, así como en otras áreas del mundo. En Europa, los contenedores destinados al Reino Unido a veces se dejan en los puertos de Amberes o Róterdam. Hoy en día, varias líneas navieras tomaron un GRI (General Rate Increase), en el comercio de Europa. Las tarifas de Asia a Europa acaban de experimentar un gran aumento: un contenedor de Shanghái a Róterdam o Felixstowe cuesta ahora más de US$ 6.000.

Igualmente las empresas de leasing de contenedores se han quedado sin estos depósitos, y las fábricas en China tienen un período de espera de más de 4 meses para conseguir que se fabriquen nuevos equipos, con lo que el inventario mundial de contenedores está siendo sobreexigido y desequilibrado.

Incluso varias líneas navieras se han negado rotundamente a aceptar reservas de exportación de los Estados Unidos a Asia, ya que prefieren, en cambio, cargar el mayor número posible de contenedores vacíos y llevarlos a los puertos de origen para volver a cargarlos en Asia con la carga de importación para Estados Unidos, lo que les resulta mucho más rentable.

La naviera CMA-CGM, ante la presión del gobierno chino para mantener las tarifas estables, en lugar de aumentar los precios de flete marítimo aumentará las tarifas premium. Por supuesto, esta situación no desalienta a las líneas navieras; de hecho, Maersk acaba de anunciar un EBITDA revisado al alza, lo que no es inesperado.

El volumen de contenedores importados de China aumentó un 30% en octubre con respecto a octubre de 2019, el gasto online continúa con una tendencia al alza y la demanda consiste en un desplazamiento del gasto de los servicios a la venta al por menor.