En un tremendo dolor de cabeza para los exportadores se ha convertido el pago de este concepto a las compañías navieras, en especial por las dificultades que existen actualmente para poder cumplir con los programas o compromisos de embarque que en Pandemia se han agudizado.

El Gate Out es un pago que deben realizar los exportadores a las navieras antes de retirar los contenedores vacíos desde los depósitos de éstos y poder llevarlos a sus fábricas o plantas a cargar sus exportaciones. En muchos casos, esta labor es derivada en la agencia de aduanas y se convierte en un desembolso más de la exportación.

El problema se suscita porque actualmente se produce una gran diferencia entre lo que los exportadores planifican exportar –y en base a eso pagan estos Gate Out– y luego, por problemas de espacio de las navieras, se termina embarcando una cantidad sustancialmente menor y por lo tanto se produce un pago en exceso, el que cuesta una enormidad que las navieras restituyan a los exportadores.

Algunas navieras, las menos, cobran este concepto de Gate Out una vez que los contenedores han sido embarcados; de esta forma se sabe con certeza lo que corresponde pagar. Pero cuando se cobra antes del carguío se producen diferencias, agudizadas porque los exportadores siempre terminan debiendo a las navieras, las que entonces niegan la devolución del pago en exceso por la existencia de otras deudas por distintos conceptos.

Quizás una buena opción sería que se pudiesen utilizar esos dineros en posteriores exportaciones de tal forma de no acumular estos excedentes.