EDICIÓN NÚMERO 309 MAYO 2024

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Habiendo transcurrido ya más de la mitad del año, es adecuado hacer un pequeño análisis de las principales novedades que se han producido en el intercambio comercial, considerando la información estadística disponible.

Partiendo por el desarrollo de la balanza comercial, el mes de junio pasado –según datos del Banco Central– el monto exportado accedió a US$ 8.487 millones, en cambio las importaciones se elevaron a US$ 9.336 millones lo que generó un déficit comercial. En el caso de las exportaciones, si bien el rubro minero a esa fecha todavía no mostraba la disminución del precio del cobre, otros rubros redujeron sus embarques, la mayoría producto de factores estacionales como es el frutícola y en especial las cerezas. El asunto es que, a pesar del disparatado tipo de cambio, las exportaciones se mantienen estables y con dificultades para crecer, siendo la dependencia del rubro minero motivo de preocupación pues podemos vernos enfrentados en los próximos meses a un desbalance no menor en el intercambio comercial.

En el caso de las importaciones y como ha sido habitual desde hace un buen tiempo, como consecuencia del tremendo impacto en el exceso de liquidez inyectada a la economía el 2021, y hasta el mes de junio recién pasado las compras al exterior superaron regularmente los US$ 9.000 cada mes, situación que debería morigerarse en los próximos meses, ya que algunos rubros ya comienzan a verse saturados, con ventas en franco descenso y con acumulación de inventarios.

Esta menor liquidez que se observa debería impulsar a la baja las importaciones suntuarias. Por el contrario, el alto precio del petróleo y de algunos alimentos básicos esenciales, seguirán demandando cuantiosos recursos para satisfacer productos de primera necesidad.