Alarma produjo un atoche descomunal de camiones en los recintos del PTLA, parqueaderos cercanos y rutas aledañas, en los dos días previos a la celebración de Fiestas Patrias. 

Ya decantada la situación y calmados los ánimos se pudo concluir que la razón más importante que originó este desaguisado fue que los destinatarios finales de las cargas sencillamente solo las recibirían a contar del miércoles 20 de septiembre, es decir, el primer día hábil luego de los 4 días feriados.

Ante esta realidad, los transportistas optaron por dejar estacionados sus camiones en los recintos del PTLA y zonas cercanas, pues les resultaba menos riesgoso para la integridad de la carga.

Se comprobó que el 17 de setiembre la gran mayoría de las cargas en los camiones se encontraban liberadas, esto es, terminada la tramitación ad

uanera y realizadas las inspecciones, de manera que solo restaba conducir el camión hasta su destino final, lo que no ocurrió debido a que los consignatarios dejaron de recibir mercaderías en sus bodegas el mismo miércoles 17.