EDICIÓN NÚMERO 309 MAYO 2024

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En noviembre pasado se celebró en Chile la 3ra Conferencia Global de Origen de la Organización Mundial de Aduanas (OMA). En este evento participaron diversas autoridades nacionales y extranjeras y contó con la importante presencia del secretario general de este organismo, Kunio Mikuriya. Este personero manifestó su preocupación por las tendencias que caracterizan hoy en día el comercio mundial debido al consecuente aumento en los riesgos de ilícitos. 

En lo particular, la gran fragmentación del sistema comercial por la irrupción del comercio electrónico ha generado una verdadera explosión en la cantidad de transacciones, desafiando fuertemente a los encargados de supervisar los flujos de mercancías en el ámbito internacional. 

Señaló el ejecutivo japonés que, hasta hace un tiempo, el comercio se efectuaba principalmente por medio de contenedores, y que actualmente, con el exponencial crecimiento del comercio electrónico, los envíos se multiplicaron por varias veces y estos mayoritariamente corresponden a pequeños paquetes que, por lo misceláneo, se hace más difícil fiscalizar.

Chile no es la excepción de esta tendencia mundial y el crecimiento de las compras que realizan personas naturales se ha incrementado muchísimo, y la labor de Aduanas, SAG y otros organismos se ha hecho más dificultosa. Diariamente arriban al país por los Courier miles de paquetes en vuelos que preferentemente llegan durante la noche, lo que obliga a los fiscalizadores a revisar una verdadera avalancha de envíos, de todo tipo y procedencia.

Para que se hagan una idea, en el 2022 el total de operaciones Courier de importación alcanzó a la friolera de 10.080.841 Guías, lo que nos da 28.000 diarios y un promedio mensual de 840.070. Como comprenderán, fiscalizar estos volúmenes es una tarea titánica e imposible de ejecutar. En estas cifras no se incluye lo que ingresa por el Correo estatal, por lo que habría que agregar otro contingente de paquetería. Para el 2023, el aumento es aún más explosivo, con crecimientos sobre el 50% respecto del 2022 (Fuente: Atrex).

Los riesgos a que aludió el secretario general de la OMA son acerca de ilícitos relacionados con drogas y falsificaciones, a lo que hay que agregar aspectos fitosanitarios y sanitarios, valoración y otros actos ilegales, que son desafíos vigentes y urgentes en el comercio electrónico. 

Por último, no hay que dejar de mencionar –y se desconoce si existen estudios– el impacto en la recaudación tributaria que tienen estos pequeños envíos, y el eventual menor ingreso de derechos e IVA que podría generar. Es probable que de contar con esa información podría causar más de una sorpresa en la disminución de los ingresos fiscales. 

El comercio establecido y los gremios que lo representan, en forma frecuente se quejan amargamente por el perjuicio que les significa competir con estas compras en los portales electrónicos; sin embargo, es difícil para las autoridades lidiar con una tendencia mundial que seguirá creciendo.