Después de largos años de pasar por precios bajos y con problemas de rentabilidad, el negocio del aceite de oliva pasa por buenos momentos. Ello debido a que el primer productor mundial –España– está sufriendo una de las peores sequías, lo que ha afectado fuertemente su producción. 

Brasil, gran consumidor de aceite de oliva –país que se destaca por tener la mayor cantidad de personas de descendencia italiana de la región latinoamericana– ha sido responsable de un tercio de las exportaciones chilenas, lo que lo ha transformado un mercado muy importante para nuestro país. 

Las exportaciones de aceite de oliva superaron los US$ 100 millones, cifra que tiene muy contentos a los productores locales y se espera que los altos precios de este saludable producto se mantengan al alza.