EDICIÓN NÚMERO 309 MAYO 2024

Edmundo Browne V.

Es un hecho que el desarrollo de las exportaciones de servicios ha crecido en los últimos años a niveles insospechados y hoy es un sector que contribuye significativamente en la diversificación de nuestra oferta exportadora. El potencial que se vislumbra para seguir aumentando la venta de servicios al exterior es difícil de estimar, pero la verdad es que estas operaciones siguen mostrando un dinamismo que sorprende.

Con todo, existen algunas limitaciones en los requisitos que deben cumplirse para que una actividad pueda ser calificada como exportación de servicios, o bien, se da el caso que estas prestaciones incluyen distintas labores, algunas de las cuales no son aceptadas por Aduanas bajo esta calificación. Tal es el caso de los gastos que corresponden a viajes y estadía en el exterior, de profesionales que deben obligatoriamente trasladarse al país de destino para realizar labores de instalación, capacitación, supervisión de puesta en marcha, de proyectos que fueron concebidos y desarrollados en Chile. El argumento para excluir a los gastos de viajes es que, de acuerdo con el criterio de Aduanas, la condición esencial para que un servicio sea calificado como exportación, es que este servicio sea gestado y desarrollado en Chile, y “gozado” en el extranjero. En consecuencia, los gastos de viaje quedan fuera de los servicios que son autorizados como exportación, de la Partida 00.25 del Arancel Aduanero.

Demás está el hacer presente que los usuarios han solicitado que se flexibilice este criterio y se permita que los gastos de viaje puedan ser incluidos dentro de la exportación, pues además de los problemas administrativos que produce al exportador, el viaje o los viajes forman parte del contrato que firmó la empresa chilena con su cliente foráneo.

De esta limitación o dificultad que cada día genera más ruido tomó nota el Ministerio de Hacienda, entidad que se encuentra haciendo un estudio que tiene como objetivo revisar las normas que rigen este tipo de exportaciones. La idea de este Ministerio es flexibilizar y ampliar el concepto de exportación de servicios, de manera que puedan acogerse ítems como el planteado y también otros, ya que existe convicción que debe estimularse este tipo de negocios pues los beneficios para el país son incuestionables.

También ha trascendido que no se descarta la posibilidad de que la exportación de servicios salga de la Aduana y sea manejada por Impuestos Internos, situación que podría tener efectos contradictorios, pues el SII –a pesar de que ha hecho progresos enormes en adentrarse en el mundo del comercio exterior–, mantiene todavía una brecha no menor en el conocimiento y know how con respecto a Aduanas.

Es de esperar que los estudios del Ministerio prosperen y podamos en el breve plazo contar con una normativa remozada que se haga cargo de las necesidades actuales de las exportaciones de servicios.