EDICIÓN NÚMERO 309 MAYO 2024

Edmundo Browne V.

Mal partió el año con el primer paro de Aduanas que se extendió por 48 horas, específicamente el 12 y 13 de enero. Los motivos de la Asociación de Funcionarios de Aduana -Anfach-, tienen relación con el proyecto de ley que se tramita en el Congreso, al considerar que no se han incorporado sus propuestas. Además persiste la queja respecto de la estructura de la nueva planta de funcionarios, materia sobre la que el Gobierno se habría comprometido a enviar un proyecto de ley a fines de enero.

Según el Gobierno, los acuerdos suscritos en la mesa de trabajo de noviembre pasado y los plazos convenidos para la entrega de propuestas se habrían cumplido sin que Anfach haya concretado sus planteamientos. El gremio, por su parte, desmiente tal afirmación y así estamos, entre dimes y diretes, con gran incertidumbre respecto a la continuidad en el trabajo de Aduanas durante este año.

Mientras tanto, el proyecto de ley por estos días se encuentra en la etapa de Comisión Mixta entre la Cámara de Diputados y el Senado, instancia que debe dirimir algunos puntos discordantes que existen entre ambos cuerpos legislativos. Tampoco hay que descartar presiones en un sentido u otro, ya sea para tratar de sacar adelante esta nueva ley, o por el contrario que la promulgación se siga demorando hasta no tener incorporado algunos puntos de intereses sectoriales. Todo ello es parte del estado del arte en que se encuentra la reforma a la ley aduanera.

Sobre el conflicto entre el gobierno y Anfach la prensa ha dado una amplia cobertura y en los reportajes publicados se destaca el énfasis político del quehacer de este gremio. También trascendió que se generó un primer quiebre durante el paro de enero, ya que la asociación de funcionarios de Valparaíso se descolgó de la paralización de actividades. Lo otro que ha sido reproducido por la prensa y por las mismas comunicaciones de Anfach es la descalificación que hace este gremio del Director Nacional de Aduanas, situación que no es nueva. Prácticamente todos los últimos directores han sido cuestionados por el gremio de los funcionarios. Recordemos que el Director Juan Araya Allende es un funcionario de carrera del Ministerio de Hacienda, ha ocupado importantes cargos y su perfil profesional es eminentemente técnico.

Un problema latente y que vuelve a surgir con motivo de la tramitación del proyecto de ley que moderniza la Aduana, tiene relación con los grados de influencia de Anfach en la marcha de este Servicio. ¿Cuál es el límite en el protagonismo y ámbito de acción de una entidad gremial y la dirección de un servicio como Aduanas? Esta es una cuestión central: ¿cuál es la frontera entre los legítimos intereses gremiales y lo que podría llegar a transformarse en una especie de cogobierno? temor que ha sido permanente en el Ministerio de Hacienda en los últimos años. Por lo menos hasta el momento, el poder demostrado por Anfach a través de la paralización de actividades ha resultado incontrarrestable y el Gobierno se encuentra en una débil posición ante esta medida de fuerza que provoca inmensos problemas y un altísimo costo para el país.

Es de esperar que el proyecto de ley finalmente pueda transformarse en realidad. Si bien existen algunos puntos que consideramos negativos, hay una buena cantidad de iniciativas que son muy positivas y que potenciarán la actividad aduanera. Una vez despejado este aspecto central sería deseable que la relación entre Anfach y el Gobierno mejorara, ya que no es posible estar en una permanente hostilidad sin que ello afecte el funcionamiento de Aduanas, situación que repercute en los usuarios y el país se hace menos y menos competitivo.