EDICIÓN NÚMERO 309 MAYO 2024

Edmundo Browne V.

Con cierta frecuencia, se publica en medios de prensa estudios que exploran la posibilidad de construir un megapuerto en la región central del país, que debería ser capaz de cumplir con las necesidades por hasta 20 años más. Casi siempre estos estudios concluyen que el área de San Antonio presenta las mejores condiciones naturales para construir una estructura portuaria que pueda triplicar las capacidades actuales. En este sentido, hace algunos días se desarrolló un encuentro del Consejo de Políticas e Infraestructura (CPI) que contó con el apoyo de EPSA, Empresa Portuaria de San Antonio, quien a través de su presidente describió las bondades que tiene el puerto de San Antonio para acoger un puerto de grandes dimensiones, suficientes para satisfacer la demanda de transferencia de carga hasta 2037. Los estudios estiman que ingresarían dos nuevos concesionarios para administrar los nuevos frentes de atraque, lo que sería una buena noticia para los usuarios, pues mejorarían las condiciones para que opere la libre competencia.

Se desconoce si estos estudios consideran el potencial del Terminal 2 de Valparaíso que aumentaría exponencialmente las capacidades portuarias del puerto; algunos expertos han pronosticado que de concretarse la ampliación del Espigón, estaría cubierta la demanda de la zona central hasta por 15 o 20 años más.

Es una realidad que el movimiento portuario actual en la V región soporta holgadamente los volúmenes actuales de carga y ello ha sido consecuencia del mediocre desempeño del comercio exterior nacional de los últimos años. Es probable que con una reactivación de la economía las proyecciones pudieran cambiar y tener que apurar el tranco con las nuevas inversiones portuarias.

Si revisamos el primer semestre de este 2017 notaremos que existió un aumento importante en el volumen de carga transferida por el puerto de Valparaíso, sin embargo San Antonio vio mermado su movimiento en equivalentes cifras de lo que subió Valparaíso. Ello refleja un movimiento portuario plano que se ajusta con lo que dicen las estadísticas de importación y exportación y acorde con el pobre dinamismo económico.

En resumen, no hay concordancia en los cálculos de los diversos estudios acerca del siempre recurrente tema de los puertos; en todo caso se debe considerar que una inversión portuaria, desde que se concibe hasta que se materializa, y dependiendo de su complejidad y envergadura, puede demorar entre 5 y 10 años.