EDICIÓN NÚMERO 309 MAYO 2024

Edmundo Browne V.

Un verdadero papelón es el que ha protagonizado la comunidad portuaria de Valparaíso en relación con las recaladas de cruceros y su broche de oro fue la derivación de las naves de pasajeros a San Antonio.

En el permanente conflicto entre la autoridad portuaria y el concesionario TPS no hay ganadores; el que ha perdido es Valparaíso, ya que el paso de turistas por el puerto le generaba beneficios a toda la ciudad. Aquí, en este desaguisado, han primado visiones cortoplacistas y se ha postergado el interés general de Valparaíso en donde se han cercenado posibilidades inmejorables en el desarrollo turístico.

Muchas veces el quehacer portuario es visto por parte de los porteños como antagónico con respecto al incipiente y vigoroso empuje turístico, sector que se ha opuesto férreamente al desarrollo del Terminal 2. Sin lugar a dudas esto resulta paradójico, pues de contar con una alternativa a TPS otro gallo cantaría y los cruceros podrían ser recibidos con bombos y platillos. Por ello es deseable que la visión y posturas tan radicales que tienen los opositores al Terminal 2 sean analizadas en un contexto de mayor perspectiva y reflexión, tomando en cuenta la conveniencia de contar con un puerto en donde existan más alternativas para albergar el también importante desarrollo de cruceros. Es una realidad que la ciudad de Valparaíso necesita a un puerto dinámico, competitivo y con posibilidades de ampliar sus capacidades; el puerto, por su parte, se nutre de la ciudad generando un círculo virtuoso en que al final es beneficioso para toda la población.

Es evidente, sin embargo, que en el tema de la ampliación del Terminal 2 no hay soluciones ideales que dejen a todos contentos. A los porteños más puristas les es difícil asimilar que en plena avenida Errázuriz se aparque una verdadera muralla de contenedores. La otra mirada, desde la vereda contraria, es ¿vale la pena resignar el potencial portuario de Valparaíso por esta contaminación visual, cuando los beneficios de tener un segundo puerto a gran escala son innegables?

Bueno, la colectividad de Valparaíso tiene la palabra; hasta ahora el proyecto del concesionario TCVAL para la ampliación del Terminal sigue su marcha, a un ritmo lento y cansino, pues superar las altas exigencias medioambientales no es una tarea sencilla.