EDICIÓN NÚMERO 309 MAYO 2024

Edmundo Browne V.

Cada cierto tiempo se publica en la prensa algún reportaje acerca de la urgencia de modernizar Aduanas, a lo que debe agregarse la opinión de un ex Presidente del Banco Central, que señaló hace poco que la modernización del aparato estatal debe comenzar por el citado servicio.

Se habla frecuentemente de Aduanas, pero más significativo que ello es la imperiosa necesidad de renovar el comercio exterior en su conjunto, pues es lamentable que un país, con el volumen de exportaciones e importaciones que tiene Chile, no cuente con una adecuada coordinación entre los servicios públicos. Incluso hay servicios como SEREMI de Salud, ISP, SAG y Sernapesca que son reacios a adaptar sus procesos a los tiempos que requiere Comex.

Es una realidad que el funcionamiento de Aduanas sigue siendo una caja negra para las altas esferas; no ha habido la atención a nivel gubernamental para meterse a fondo y no se le ha dado la importancia que tiene este organismo para la marcha del comercio exterior. Como siempre ocurre, Hacienda se preocupa de la macro y las operaciones de comex pertenecen a la micro. Quizás en la reticencia ministerial para liderar y empujar un proyecto fundacional también han influido los permanentes conflictos con la Asociación de Funcionarios, que siempre está presionando para imponer su particular visión de cómo debe funcionar Aduanas, y en consecuencia hay mucho más descalificación que espacio y ánimo para conversar y lograr acuerdos.

Otro punto a considerar es si el rezago en los procesos actuales y el incremento en el celo fiscalizador de los últimos años, en desmedro de la facilitación, son compatibles con un sistema económico de fronteras abiertas y de fomento del comercio exterior, política que tiene décadas y que ha sido validada una y otra vez. En consecuencia ¿no es una contradicción seguir pregonando y declarando que el comercio con otros países constituye la base de la economía y por otra parte, como se observa en los últimos años, hay un retroceso en la expedición de las operaciones? Parecería que algo no cuaja, y necesariamente para generar un cambio hay que mirar las cosas con un poco de perspectiva y tratar de sustraerse de los grupos de interés que pujan por imponer sus puntos de vista. ¿No habría que volver al origen y partir con reafirmar la definición de que Aduanas es un organismo técnico, no deliberante, que se rige por un marco legal y que depende del Ministerio de Hacienda, instancia a la que sí le corresponde definir las pautas generales conforme con la política económica imperante en el país?

En resumen, es sin duda necesario que el Gobierno, y particularmente el Ministerio de Hacienda, se convenzan de que es inevitable generar los espacios de diálogo con participación público-privada para estudiar, analizar y proponer cambios sustantivos en las operaciones de comercio exterior, que alivien y estimulen esta actividad, que por lo demás forma parte de la piedra angular de la economía del país.