EDICIÓN NÚMERO 309 MAYO 2024

Sergio Cabezas

Ya entrando de lleno en el último cuarto de este singular año y al margen del movimiento de algunas comunas, avanzando y retrocediendo en el plan de estrategia gradual que ha implementado el gobierno, es interesante tratar de vislumbrar cómo será la vida laboral cuando salgamos de este largo túnel.

Por una parte, hay quienes añoran volver a las oficinas a realizar un trabajo presencial para escapar del largo “encierro” que hemos vivido durante más de 6 meses; sin embargo, un buen porcentaje –quizás mayoritario– espera poder realizarlo en forma mixta, es decir algunos días en forma presencial y otros desde sus hogares. En nuestro entorno, lo que se percibe es que un número importante de empresas se han dado cuenta que es posible realizar muchas actividades a distancia, por lo que están abiertos a considerar esquemas flexibles cuando se terminen de abrir las comunas y se levante la cuarentena.

Como hemos comentado en números anteriores, todos los eslabones de la cadena de comercio exterior de una u otra forma se han ido adecuando a un trabajo que no requiera de la presencia física, algunos con más éxito que otros.

Es impresionante además, que muchos han descubierto los beneficios de no tener que desplazarse a las oficinas, por ejemplo el ahorro de entre 3 y 4 horas diarias en el tiempo de trayecto, el poder dedicar tiempo a los hijos (en especial los más pequeños) que, hasta antes de esta pandemia, eran pasados a dejar muy temprano en las mañanas a salas cunas y jardines infantiles hasta bien avanzado el día, y el ahorro que lo anterior también ha significado a las familias.

Sin duda que no hay una fórmula única, pero lo que se ve es que habrá cambios importantes en estas materias, lo que además traerá alivio a una ciudad saturada en todo sentido e incluso fomentará la descentralización, incentivando la vida en regiones.