EDICIÓN NÚMERO 309 MAYO 2024

Edmundo Browne

El tema de los cobros en los recintos extraportuarios en los puertos marítimos de la zona central se ha convertido en un verdadero escándalo. Ya es común que los costos que los importadores se ven obligados a pagar alcancen montos que superan incluso el flete internacional. Por ejemplo, hace algunas semanas un importador planteó su caso ante el Comité de Importadores de la Cámara de Comercio de Santiago, ello luego de que recibiera una factura emitida por un recinto extraportuario que opera en San Antonio y Valparaíso. Se trataba de un embarque de 6 m3 con un valor de US$ 2.929,80 y que correspondía a una carga consolidada; es decir, el embarcador compartió el contenedor con varios consignatarios. La factura alcanzó la suma de $ 690.402 más IVA. Los conceptos descritos en este documento de cobro son, por cierto, risibles y cuestionables. Entre los conceptos facturados se encuentran: “recepción carga suelta $ 136.093”; “despacho carga suelta $ 136.093”; “servicio documental a la carga $138.431”; separación documental por B/L $ 138.431”; “división de carga para despacho $ 46.144”; “pesaje de carga general $ 72.907” y por último “apoyo a clientes en tramitación documental de internación $ 22.303”. Todo lo anterior suma los $ 690.402. 

El problema es que los importadores –por desconocimiento o descuido– se preocupan solo de negociar el transporte desde origen y no se detienen a analizar cuáles van a ser los costos finales que tendrán que asumir.

Claramente es impresentable que en una importación como la descrita, el usuario deba pagar en los terminales portuarios un 29% del valor de la mercancía. Esto no ocurre en ninguna parte del mundo: es abusivo y expropiatorio.

Por ahora –con excepción del gremio del comercio de Santiago–, esta situación de costos exorbitantes sigue manteniéndose en un bajo perfil y no ha llamado la atención de otras entidades, ya sea gubernamentales o de representantes del empresariado.

Es posible que esto pudiera ser de interés para la Fiscalía Nacional Económica, ya que en general las tarifas de los extraportuarios marítimos son similares; en consecuencia, hay elementos como para que se pueda configurar algún ilícito relacionado con colusión y/o abuso de posición dominante.

Lo único que podemos hacer por el momento es intentar llamar la atención y prevenir a los importadores de cargas consolidadas. Intente comprar a su proveedor extranjero con alguna de las cláusulas que le permitan contratar a usted el flete en Chile. Fíjese –cuando cotice un flete internacional– que sea con un embarcador que tenga oficinas o representación local; que en esa cotización se incluyan los gastos finales de los extraportuarios en el puerto de destino. Negociando antes, usted puede decidir, con toda la información disponible, cuál es su mejor opción y de esa forma no ser esquilmado al momento del retiro de su mercadería desde el puerto.

Evite comprar Costo y Flete, ya que en ese caso usted tendrá cero control acerca de quién es el representante del embarcador en Chile y los convenios que este pueda tener con los sitios extraportuarios. Con el flete dependiendo del proveedor, usted queda muy expuesto a cobros abusivos en el puerto chileno e impedido de retirar su carga desde el puerto, a no ser que pague lo que le cobren.