EDICIÓN NÚMERO 309 MAYO 2024

Beijing301

Edmundo Browne

Entrando en el último cuatrimestre de este año, es adecuado hacer un pequeño resumen de lo acontecido en relación con las novedades que han ocurrido en el rubro de comex. De partida, cualquier rango de comparación con el movimiento del año pasado sale muy trasquilado, ya que el año 2022 se batieron todos los récords en el movimiento de importaciones y también hubo altos volúmenes en las exportaciones. Mucho de lo anterior ha sido producto de la liquidez que se inyectó a la economía, lo que produjo este tremendo desequilibrio. 

Por lo tanto, cualquier comparación debería hacerse con números previos a la Pandemia; lo demás resulta poco certero. Pensemos que durante el 2022 las importaciones rozaron los US$ 9 billones en algunos meses y en este 2023 la tendencia es de algo más de US$ 6 billones. Estamos hablando de casi un tercio de menor cantidad de compras al exterior, en un entorno de sobre stock en muchos rubros; en consecuencia, estamos en medio de un ajuste que durará un buen tiempo más. 

Las exportaciones, por su parte, también han disminuido respecto del año anterior. El menor precio del litio es uno de los mayores responsables, lo que ha impactado fuertemente en la recaudación fiscal, por los cuantiosos impuestos que generó el 2022. 

Otros rubros bastante afectados han sido los vinos, pues las ventas internas en los principales países compradores han bajado, lo que significa que la reposición de stocks se ha tornado mucho más lenta. El impacto en el rubro vitivinícola ha sido duro y hay viñas chicas y medianas que lo están pasando mal. 

El responsable principal de esta reducción económica es China, país que ha entrado en un proceso de disminución económica con bajas tasas de crecimiento y una tendencia a la deflación, lo que habla de que el consumo chino está estancado. Ello a pesar de que los chinos siguen manteniendo altos niveles de ahorro, lo que implicaría que se estaría asentando una cultura muy conservadora en sus consumidores, lo que no ayuda en nada a reactivar la economía de ese país. Lo que pase en China a nosotros nos afecta mucho, ya que consume la mitad del cobre del mundo, por lo que el 50% de nuestras exportaciones del metal rojo depende peligrosamente del gigante asiático.