EDICIÓN NÚMERO 309 MAYO 2024

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Edmundo Browne V.

Cada día son más frecuentes los ataques a la seguridad de las plataformas informáticas y estos ilícitos con el correr del tiempo se han intensificado, generando una sensación de fragilidad en todas las plataformas computacionales. Bancos, instituciones públicas, corporaciones multinacionales, empresas de diverso tamaño son algunos de los ejemplos –en todo el mundo– en que han ocurrido ataques o intervenciones maliciosas que han alterado el funcionamiento de los sistemas informáticos, generándose graves contingencias, interrupciones de servicios y hasta sustracción de dineros al introducirse en las mismas bases de datos de entidades bancarias.

Esta es una amenaza que llegó para quedarse y los empeños e inversiones que se realicen en el tema de ciberseguridad, ya sea a nivel privado o público, deberían marcar los esfuerzos de los próximos años. Es una amenaza que no puede ser postergada y debe contar con la máxima prioridad para protegerse de este verdadero flagelo que se está imponiendo en la sociedad actual. Nadie puede estar tranquilo, incluso al nivel más personal e íntimo; cuentas bancarias, tarjetas de crédito o débito, cada día están más expuestas a fraudes, con perjuicios no solo monetarios, sino  finalmente en una sensación de vulnerabilidad que altera la vida diaria.

A nivel de empresas, servicios y otros organismos, las interrupciones, sustracciones de información confidencial, obligan a extremar las medidas, potenciando los presupuestos en seguridad informática. A nivel mundial, el riesgo de ciberseguridad es la principal amenaza para el desenvolvimiento de las distintas actividades. En Chile existe un letargo en el nivel de inversiones para enfrentar la ciberseguridad y estamos bastante rezagados si nos comparamos con los países del hemisferio norte. 

Acerca de este último punto, sorprende el optimismo reflejado por las empresas chilenas en el reciente “Leadership Insight Study” de EY, en el que el 53% de ellas se declararon como “bien posicionadas ante las amenazas”, frente a un 45% del resto de Latinoamérica y un 46% a nivel global, en total contraposición a los resultados de la realidad, en que el 53% de las compañías en Chile ha tenido más de 50 incidentes en los últimos 12 meses, frente a un 32% de promedio mundial. El hecho de que sólo el 10% de las empresas chilenas dedique más del 40% de su presupuesto de ciberseguridad a “detección y prevención” frente a un 27% de promedio a nivel mundial, calza muy bien con estos preocupantes resultados, y genera un círculo vicioso, ya que los ciberdelincuentes naturalmente preferirán centrar sus ataques hacia países que se vean más vulnerables.

Por estos días, el mismo Servicio de Aduanas sufrió un ataque –se dice del tipo ransomware– que produjo alteraciones en el funcionamiento de este organismo y que afectó su normal desenvolvimiento. Desde la óptica de los usuarios, llevamos ya un par de semanas con demoras sustantivas en las respuestas a las transmisiones electrónicas de las declaraciones, ocasionando incluso que al término del día no se logre respuesta de Aduanas. Aunque no tenemos confirmación, es probable que una de las consecuencias de estos atrasos tenga que ver con el ataque que sufrió Aduanas, pero es deseable que a la mayor brevedad la plataforma informática aduanera pueda volver a sus tiempos normales.